Buitrago del Lozoya

Historia

- De los orígenes a la edad media

- Época medieval: periodos musulmán y cristiano

- Siglos XV a XVII

- Siglos XVIII y XIX

- Datos demográficos del Siglo XIX (2ª mitad)

- Siglo XX

- Datos demográficos del Siglo XX

- De los orígenes a la edad media:

Las razones para pensar en un establecimiento humano en Buitrago desde tiempo anteriores a la romanización son muchas. En primer lugar su propia situación geográfica, en mitad del valle del Lozoya, y su emplazamiento, vecino a las grandes rutas de comunicación con el norte de la península por el obligado paso de Somosierra a la vez muy propicio desde el punto de vista defensivo, puesto que del río constituye una barrera natural en la mayor parte de su contorno. Sin embargo, no se han realizado prospecciones arqueológicas que documenten de forma efectivas poblamientos antiguos. Pero la probabilidad es muy alta.

Son pocas las referencias que tenemos de la villa de Buitrago con anterioridad al asentamiento árabe. Existen escasos materiales y datos escritos que permiten aclarar su origen , acaecido durante el siglo IV a.C., así como su continuidad en época celtíbera, si bien se relaciona con los carpetanos.

Buitrago se ha querido identificar con la ciudad romana de Litabrum, conquistada, según cita Tito Livio, por el pretor de la Hispania Citerior, Flaminio. Muchos autores basan la autenticidad de esta hipótesis en la mención que se hace por dicho historiador en el mismo texto de otras dos ciudades próximas: Vescelia (Uceda) y Halón (Ayllón). Después de la pacificación de la Celtiberia, esta zona habría quedado dentro del área de influencia romana, siendo un punto importante en la vía que desde el puerto de la Fuenfría va a Tilucia y por tanto, al centro de la Carpetania y el valle del Tajo.

Durante la quinta persecución de Septimo Severo, en Buitrago fue apresado y sufrió martirio el joven Audito, en el año 208 de nuestra era, y cuya primera referencia, al igual que la de los orígenes preromanos, procede del citado texto de Colmenares; así parece que debe interpretarse la alusión de la descripción de Lorenzana, de 1786, a que "padecieron en él martirio muchos fieles bajo el imperio romano y, entre ellos San Audito, mártir, convertido por un obispo de Toledo, según dicen se refieren en las historias de Segovia. Más tarde se formó una abadía en su honor. Posteriormente se le vuelve a citar con motivo de algunas persecuciones llevadas a cabo por Cayo Aurelio Diocleciano.

- Época medieval: periodos musulmán y cristiano:

Pocas son las fuentes de época árabe que hacen referencia a Buitrago, si bien sabemos que la población, de origen romano-visigoda , en su mayoría, gozaba de gran libertad tanto religiosa como económica.

Desde principios del siglo X, Buitrago forma frontera con los reinos cristianos, estando expuesta a continuos ataques. En cuanto a la fecha de su reconquista, se desconoce si es anterior o posterior a la toma de Toledo, acaecida en 1085. Cabe pensar no obstante , que una plaza tan fuerte sería tomada antes, dado el peligro que podría suponer un enemigo tan importante.

Aunque las fuentes árabes hacen escasa mención de la plaza fuerte de Buitrago, su recinto cumple perfectamente las normas especiales de la fortificación musulmana.

En esta época se habla del valle de Beg-tarek junto a la cordillera y cerca del paso estratégico de la sierra. Se citan variantes de este nombre como: Butarek, Buktareco, Feg-Tareco, Beg-Tareko, Beg-Trago.

En 1208 el arzobispo de Toledo, D. Rodrigo Ximenez de Rada, la cita como Butracum.

El nombre actual de Buitrago entra en la historia por primera vez en el siglo XI con Alfonso VI que la conquistó antes de la toma de Toledo aproximadamente en el 1083.

Layna Serrano afirma , basándose en las crónicas de Jiménez de Rada, que la conquista de Alfonso VI no fue una conquista muy belicosa, sino más bien la consecuencia de una serie de presiones y exigencias del poderoso monarca cristiano a los que no tuvo más remedio que ceder el débil Cadir hijo de Almamun. Desde este punto de vista adquiere fuerza la hipótesis de que Buitrago fuera conquistado con anterioridad a Toledo para garantizar el paso de las tropas de Alfonso VI.

Debido a su valor estratégico se produjo una pronta repoblación por medio del privilegio otorgado por el monarca en 1096, cuyo texto original se conservó hasta el pasado siglo y que conocemos hoy por transcripciones de la época; el texto que ha llegado hasta nosotros deja bien claro el objetivo de la repoblación: " para que pasasen los de Burgos y Castilla a Toledo, y los de Toledo a Castilla, porque por allí estaba infestado de ladrones" y la jurisdicción donde se aplique será " de esde Araboia ( nombre con el que se conocían estos pasajes) hasta la peña de Lara, donde nacen las aguas y caen en el río, que se dice de Lozoya, a la siniestra de Canencia hasta el collado de Hermoso, y de el Berrueco de Gómez Nuño a torre Pedrera, y Sarraelvira, y a el Osejón y el Puerto de la Turca a el puerto de la Guiza, y de el Somo de la Zebollera a el Somo de la Serrezuela, y de esde el Somo de la Sierra donde nace Zuguñuela hasta el Puerto de Linera, de esde el puero de Zega hasta la dicha peña Lara".

El privilegio de Alfonso VI otorga a la villa la facultad de repoblar los núcleos existentes en su jurisdicción así como la de crear otros nuevos dentro de la misma. Este amplio territorio delimitado por la decisión de el monarca es el origen de lo que se conoce como tierra de Buitrago, una comarca que formaba una única unidad jurisdiccional y cuya cabeza es la villa de Buitrago.

El rey Alfonso VII concedió un privilegio a Buitrago, fijando sus límites para el cultivo de sus campos y el desarrollo de su ganadería, a la vez que concedía sus armas: Ad alenda pecora, inscripción que figura desde entonces en su escudo. Este hecho es atribuido por error a Alfonso VI, por el autor anónimo de una historia de Buitrago en verso, de los primeros años del siglo XIX , que se conserva en la sección de manuscritos de la Biblioteca Nacional de Madrid, (signatura 2190). También en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, sección de Osuna (legajo 1653), se cita una relación de 35 documentos de los privilegios de la Villa de Buitrago otorgados por los reyes y Duques del Infantado, que fueron depositados en una pared junto al retablo de la iglesia de Santa María del Castillo, y desaparecidos durante la invasión francesa. Pues bien en esta relación figura igualmente el privilegio de Alfonso emperador en la era de 1134, que no podía ser otro que Alfonso VII, ya que corresponde dicha era al año 1096.

Fernando IV, el emplazado, concedió a Buitrago el privilegio de la feria de ganado en 1304, feria que todavía se celebra.

Alfonso XI, el justiciero, hijo de Fernando IV, a pesar de que su padre había prometido no dar la villa a ningún señor, se la concedió a Dª Juana Orozco, esposa de su montero mayor D. Gonzalo Yañez; de la cual heredó el hijo de ambos, D. Pedro González de Mendoza primer señor de Hita de Buitrago por gracia del rey D. Pedro, el justiciero, o el cruel, concedido en Santa María La Real de Nieva en el año 1366. Este privilegio fue confirmado por el rey D. Enrique II, el de las Mercedes, el 1 de enero de 1368.

Las luchas entre ambos reyes y hermanastros D. Pedro y D Enrique II de Trastámara. En dicha guerra civil los nobles Iñigo López de Orozco y Pedro González de Mendoza estaban principio de parte del rey D, Pedro, pero cuando este se retiró hacia Sevilla, y luego a Portugal y Galicia, con objeto de buscar la ayuda del príncipe de Gales, se pasaron al bando de Enrique de Tratámara.

Los Mendoza eran originarios de dos humildes aldeas alavesas: Mendoza y Orozco. De ellos salió la casa del Infantado y los señoríos de Hita y de Buitrago, entre otros. La importancia que llegó a tener esta familia fue muy grande, cubriendo Castilla de mayorazgos, llenando las cortes de Europa con su nombre y llegando a puestos muy importantes en el continente Americano.

El fundador de la familia fue Pedro González de Mendoza que se benefició de la muerte de su pariente Iñigo López de Orozco que ocurrió del siguiente modo:

D. Pedro I, ayudado por el príncipe de Gales, venció en dura batalla al trastámara el 13 de abril de 1367, en la vega de Najarilla. Pedro I mató en el mismo campo de batalla a D. Iñigo y cogió preso a D. Pedro González de Mendoza que alcanzó la libertad mediante rescate y continuó a favor del de Trastámara, D. Enrique , con la ayuda del rey de Francia, del Duque de Anjou y de Beltrán Duglesclin, volvió a la lucha. D. Pedro le ayudó desde el fuerte castillo de Hita, sin lograr que se uniera su villa de Buitrago , que permaneció fiel al rey Pedro y en contra de su señor, que la sitió y logró rendirla al cabo de algunos días después de que hubo pasado junto a ella el propio rey D. Enrique.

Posteriormente D. Enrique de Trastámara asesinó a D. Pedro Y el cruel, rey de Castilla, gracias a la traición de Beltrán de Duglescin, consiquiendo la victoria, y nombró ayo de su hijo el infante D. Juan a D. Pedro González de Mendoza que gracias por los servicios prestados a esta rey y a su hijo, abandonó definitivamente su heredad en tierras de Álava para instalarse en Hita, Buitrago y Torija, fundando su señorío en estas tierras. Murió en la batalla de Aljubarrota luchando con los portugueses, a esta batalla se debe que Portugal quedara ya para siempre separada de España. Don Pedro dio la vida por el rey Juan I, al ofrecerle su caballo para que este se salvara. Este hecho fue bien aprovechado por su familia y así fue aumentando el señorío de Hita y de Buitrago.

- Siglos XV a XVII:

De toda la familia Mendoza, sin lugar a dudas el personaje más importante fue D.Iñigo López de Mendoza que recibió la villa de Santillana y fue nombrado primer Marqués de la misma, y Conde del Real de Manzanares por el rey Enrique IV de Castilla, hijo de Juan II.

D. Iñigo nació el 19 de agosto de 1398 en Carrión de los Condes, heredando el mayorazgo a la muerte de su hermano mayor, García y el 3 de noviembre de 1404, contando con 6 años, fue ya reconocido como señor de Buitrago. Fue el señor de Buitrago que más se preocupó por su villa, edificando la iglesia de Santa María del Castillo, con su maravillosa torre mudéjar, el hospital de San Salvador y substanciales obras de refuerzo en el sistema defensivo de la Villa, fundamentalmente en los lienzos de los flanco sur y sudoeste, donde procedieron a su refuerzo y recrecido. En este mismo sector se remodeló en profundidad el alcázar, para añadir a sus funciones defensivas la de residencia palacial de los Mendoza.

El hospital solamente lo fundó y probablemente empezó su construcción, pero fue su nieto quien terminó las obras, y además a su labor de construcciones hay que añadir su palacio de Guadalajara, su palacio de Manzanares del Real, el de Hita, el monasterio de Dopetrán, etc.

El Marqués de Santillana residía habitualmente en sus palacios de Manzanares, Santillana ó Guadalajara, y Buitrago era su residencia de vacaciones.

En estos lugares e Marqués de Santillana obsequió en ella a rey Juan II de Castilla en 1435, organizando suntuosas fiestas y numerosos torneos en los que participaba el propio señor de Buitrago. Todo ello era para congraciarse con su rey y con su primer ministro D. Álvaro de Luna, con los que había tenido anteriormente diferencias después de la batalla de la Higueruela, ganada a los moros.

La importancia de la familia Mendoza, no solamente del Marqués sino de sus hijos, fue desde aquí en aumento, y sirvieron con lealtad a la corona. D. Iñigo murió en Guadalajara en 1458 y le sucedió su hijo D. Diego Hurtado de Mendoza. En 1468 tuvo lugar el pacto de los Toros de Guisando, en el que el rey Enrique IV firmó con su hermana Isabel un acuerdo por el que la nombraba heredera, en contra de su hija, Juana, a la que declaraba bastarda, llamada posteriormente La Beltraneja. Dª Juana fue entregada a los Mendoza el 6 de agosto de 1467.

Dice La Historia de España dirigida por Menéndez Pidal, en el tomo XIV escrito por los catedráticos Luis Suárez Fernández, Ángel Canellas López y Jaime Vicens Vives, que hubo mucho de propaganda interesada en la atribución de Beltrán de la Cueva de la supuesta paternidad de Dª Juana, aunque ningún historiador puede, de momento, demostrar si era o no el verdadero padre.

Los Mendoza que cuidaban Dª Juana de Buitrago se habían negado a aceptar los acuerdos de los Toros de Guisando. Tenían en Juana, la discutida hija de la reina Dª Juana de Portugal, un rehén y una bandera de partido. El 28 de septiembre de 1468, en Buitrago, habían redactado un acta de protesta por el reconocimiento de Isabel como heredera.

También estuvo algún tiempo en la fortaleza de Buitrago la reina Dª Juana de Portugal, esperando la hora de dar a luz al hijo ilegítimo, D. Andrés que sería llamado "D. Apóstol de Castilla".

Por fin el 25 de octubre de 1470, Juana fue solemnemente sacada de Buitrago y entregada al rey Enrique IV en un lugar llamado Val de Lozoya, entre el Paular y Buitrago. Los reyes juraron sobre la cruz pectoral del cardenal francés de Albi que Juana era su hija natural y legítima. Los nobles y prelados presentes la juraron como heredera, y en el mismo lugar se celebraron sus desposorios con el Duque de Guyena, hermano del rey de Francia, Luis XI; aunque dicha boda no se llegó a celebrar.

De vuelta a Segovia, Enrique IV hizo publicar la declaración de Juana como princesa de Asturias, y la anulación oficial de la concordia de Guisando. En un documento análogo su hermana Isabel replicó justificando su boda con Fernando de Aragón, y acusando a su hermano de perjurio, con lo que volvió a la anarquía.

Ya reinando los Reyes Católicos, después de la batalla de Toro, otorgaron el ducado del Infantado a D. Diego Hurtado de Mendoza, en 1475, título que figuraría ya el primero de los que ostentaban los señores de Buitrago. En estos tiempos la rápida saturación del recinto amurallado da lugar a la constitución de dos arrabales, uno al sur de la puerta de acceso a la villa, llamado de san Juan, y otro al oeste, al otro lado del Lozoya, conocido como Andarrío, Allendelrío, Endelrío o Miralrío.

A mediados del siglo XVI el recinto sigue en manos de los Mendoza, conservando armas y pertrechos muy anticuados. Buitrago entra en un paulatino periodo de decadencia, que continuará a lo largo de todo el siglo XVII. El quinto Duque, D. Iñigo López de Mendoza, construyó en la finca del bosque, un palacete, que le sirvió a él y a sus descendientes como residencia de caza.

En el mes de mayo de 1601 D. Iñigo invitó a pasar varios días en su castillo de Buitrago, al rey D. Felipe III y un gran séquito. Para ello mandó adornar y amueblar lujosamente el castillo, y se hicieron, cacerías, corridas de toros y banquetes. Todo ello se relata con pormenores en documentos que se conservan en el Archivo Histórico Nacional, sección de Osuna, y es muy posible que Felipe III volviera repetidas veces a estos parajes tan fértiles en la caza. En adelante los duques dejan de habitar la fortaleza que queda para morada de sus alcaides y almacenes de sus impuestos en especie. Se construyen casas adosadas al castillo éste fue cayendo en ruinas.

- Siglos XVIII y XIX:

Durante el siglo XVIII Buitrago aúna funciones de centro comercial y administrativo de la zona. Debido a su importante situación como nudo de comunicaciones que canaliza el escaso tráfico comarcal y a causa de su buena situación en el camino de Burgos, muestra un predominio de población desligada de las poblaciones agrarias.

El carácter montañoso del territorio supone el predominio de la explotación ganadera sobre los cultivos; en tanto éstos proporcionan el principal sustento de la población, aquella genera productos susceptibles de comercialización, debido al excedente que produce el sector.

En este periodo Buitrago cuenta con un sector artesano y de servicios de cierta importancia; los oficios abarcan desde los tejedores de lino y lana a comerciantes, también de lana.

Según datos del catastro Ensenada, el producto bruto por habitante en el siglo XVIII es de 975 reales. Dado que dentro de la comarca de Buitrago, pueblos como La cabrera, tenían 104 reales la cifra refleja la importancia económica que llegó a alcanzar la Villa de Buitrago.

Las casas de Buitrago en este siglo según el catastro de la Ensenada, y como refiere Fernández García, las casa eran de dos pisos, generalmente con establos en la planta baja y vivienda en la superior, disponiendo a menudo de cocina, granero, horno, cuadra y corral. En 1751 Buitrago disponía de 166 casa habitables y contaba con 133 vecinos y 32 viudas.

Nuevamente tenemos noticias concretas de la historia de Buitrago, al llegar la invasión napoleónica en 1808. El hospital de San Salvador fue ocupado y utilizado por las tropas de general francés, como hospital de campaña, hasta la retirada de dichas tropas. En 1808 al retirarse dichas tropas después de ser derrotadas en la batalla de Bailén incendiaron la villa de Buitrago, y su castillo; el hospital resistió a duras penas aunque bastante deteriorado, y fue durante la guerra civil española de 1936-1939 cuando desapareció totalmente la casa-hospital. La capilla sobrevivió a la guerra pero ya muy ruinosa hasta que se deshizo por completo en 1948. Sólo queda el arco de sillería que se conserva en la explanada del castillo junto al nuevo edificio de la residencia de ancianos; el artesanado mudéjar está hoy sobre el ábside de la iglesia de Santa María del castillo y el bello retablo gótico del siglo XV, de Jorge Inglés en el castillo de Viñuelas, del duque del Infantado.

En 1848, tras la desaparición de la Mesta, comienza la regresión económica, multiplicándose entonces la superficie dedicada a cereales. La villa de Buitrago, que acogía un amplio sector de población artesana y de servicios, subordinada a la dominación señorial y a la explotación señorial de productos laneros, se ha convertido en población de agricultores aún sin perder nunca su carácter ganadero.

La población muestra un descenso en este siglo, es posible que este descenso se acrecentase por motivo de la guerra de la independencia, y por un movimiento migratorio de relativa importancia en los años 70.

- Datos demográficos del Siglo XIX (2ª mitad) :

 

Año
Nº de habitantes
1849
516
1877
465
1887
658
1890
628
1900
643

 

En cuanto a las características de la edificación, resulta muy ilustrativa la descripción de una vivienda del año 1774: "A la vivienda se accede a través de una puerta adintelada con piedra de granito, y subiendo y subiendo por una escaleras de tablas se llega a las habitaciones. En el bajo queda un pequeño espacio utilizado hoy como leñera. La parte limitada a vivienda está limitada por paredes de sillarejo, mientras que las distintas dependencias se separan con paredes de adobe reforzadas con tirantes de madera. La distribución es muy simple: un pequeño vestíbulo que da paso a una sala rectangular y a la cocina. mientras que la sala posee un amplio vano con balcón, la cocina para evitar el frío, tan sólo se abre al exterior con uno más pequeño. El techo se sostiene con vigas de madera. Esta descripción se corresponde con muchas viviendas del Catastro de la Ensenada.

- Siglo XX:

La mayoría de las edificaciones que lo configuran han sido construidas a partir de la década de los 60. Esta ampliación está compuesta por edificaciones muy diversas, agrupadas por sectores según tipos , variando desde una vivienda unifamiliar aislada de 1 ó 2 alturas, hasta el bloque de 4 ó 5 alturas. Existen además agrupaciones de centros singulares (centros de enseñanza, instalaciones deportivas..) situadas principalmente a lo largo de la antigua nacional I.

Es precisamente a lo largo de este eje donde tienden a desplazarse la mayoría de las dotaciones que posee la localidad, en tanto que el eje de la calle Real y zonas de extramuros siguen concentrando la mayor parte de la actividad comercial, en detrimento del interior de la Villa, cuya degradación global es alarmante.

La población de Buitrago ha experimentado durante el siglo XX y hasta la guerra civil un aumento, a partir de 1936 ésta desciende, para presentar otra inflexión en 1960.

- Datos demográficos del Siglo XX:

 

Año
Nº de habitantes
1900
643
1910
646
1920
719
1930
787
1940
626
1950
963
1960
737
1970
847
1981
1267

 

En cuanto a la actividad económica, cabe decir que en la actualidad ha perdido protagonismo el sector primario, basándose sobre todo en la oferta de servicios.

Redactado por Santiago Díaz Márquez

Sergio Fernández